Una madre brinda servicios de anfitriona para conservar la casa que adora
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La Superanfitriona se encargó de reformar su primera casa familiar para anunciarla en Airbnb.
Los ingresos adicionales le permiten pasar más tiempo con sus tres hijos.
Ser su propia jefa y administrar su alojamiento cómo quiere le ha dado fuerza y confianza en sí misma.
Cuando la Superanfitriona Magaly dio a luz a su tercera hija en 2018, supo que había llegado el momento de buscar una casa con más espacio. Sin embargo, el rancho de dos recámaras en Wenatchee (Washington, Estados Unidos) tenía un valor sentimental para la familia: se encontraba junto a su empresa familiar de paisajismo y era el lugar donde habían criado a sus hijos mayores.
Anunciarlo en Airbnb les pareció una solución ideal. Les permitía conservar la casa, Magaly podía seguir dedicándose a sus hijos y, al mismo tiempo, ofrecer “un pequeño oasis para los huéspedes”.
Magaly investigó sobre los alojamientos para estancias cortas en la zona, se inspiró en los alojamientos en Airbnb con calificaciones altas y preparó el espacio para los huéspedes mientras trasladaba a su familia a una casa más grande. A finales de 2019, publicó su anuncio: Selah Vivienda.Magaly descubrió que tenía vocación de anfitriona. Por eso, hace todo lo posible por que sus huéspedes se sientan como en casa, e incluso les deja notas escritas a mano por sus hijos pequeños. “Magaly es una anfitriona por naturaleza”, escribe un huésped en su evaluación.
Al recibir huéspedes, Magaly espera que sus hijos aprendan a “recibir a todo el mundo con los brazos abiertos”, dice. Además, cree que para ellos “es un gran ejemplo de que las madres a tiempo completo también pueden ser propietarias de su propio negocio”.
Cuando Magaly empezó a pensar en ser anfitriona en Airbnb, se dio cuenta de que era justo lo que estaba buscando: le permitía conservar la casa, pasar tiempo con los niños y sacar a la anfitriona que llevaba dentro. En ese momento, no se dio cuenta de que había aún más beneficios: tener un exitoso negocio propio, ser un ejemplo de hospitalidad para sus hijos y crear vínculos con otras personas.
“De verdad fue la mejor decisión que pudimos haber tomado para la familia”, afirma. “Una de mis partes favoritas ha sido poder conectar con ciertos huéspedes, saber por qué están aquí y qué recuerdos se llevan”.
Magaly se propuso ofrecer un alojamiento acogedor donde los huéspedes pudieran tomarse un respiro y reflexionar. En los momentos de tranquilidad antes de que lleguen, ella misma ha encontrado el espacio para hacer lo mismo.
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La Superanfitriona se encargó de reformar su primera casa familiar para anunciarla en Airbnb.
Los ingresos adicionales le permiten pasar más tiempo con sus tres hijos.
Ser su propia jefa y administrar su alojamiento cómo quiere le ha dado fuerza y confianza en sí misma.